Desde un principio me di cuenta que los grandes bufetes se habían deshumanizado, tratando al cliente como una cuenta de resultados, por lo que decidí innovar y crear un despacho donde el trato humano, cercano y, sobre todo, la preocupación por las consecuencias del procedimiento, fuera nuestra única prioridad.

El Derecho Penal debe ser el más exigente con el abogado puesto que las penas a imponer son privativas de libertad. Por eso, es necesario conocer a fondo al cliente de tal manera que la defensa pueda ser efectiva y no despachar los asuntos como si de simples formularios se tratare.

Téngase en cuenta que muchas personas se pueden encontrar, a lo largo de su vida, inmersos en un procedimiento penal y ello no quiere decir que se deba negociar con la Fiscalía, sin más argumento, la pena privativa de libertad y el tiempo de ingreso en prisión puesto que, dicha persona, ha podido verse superada por un cúmulo de circunstancias que han desembocado en una causa penal: p. ej. el padre que comete un delito de lesiones u homicidio en defensa de su familia; el toxicómano que trafica con drogas; el joven que comete un robo ante su situación familiar; el que después de una cena da positivo a un control de alcoholemia; quien mantiene una discusión con un policía y termina detenido por un delito de atentado… . En fin, una multitud de supuestos que deben ser recogidos por el abogado y explicado pormenorizadamente en los Tribunales. Piénsese que ningún Juez o Tribunal tiene conocimiento de las circunstancias personales salvo que le sean presentadas y acreditadas por el abogado. Por eso es tan importante un trato cercano con el cliente ya que, en definitiva, ha depositado toda su confianza y esperanzas en manos de su Letrado.

Otra problemática que hemos detectado es que una vez que la persona se encuentra condenada, e interna en un Centro Penitenciario, los abogados no suelen personarse, en defensa de los intereses del preso, cuando la realidad es que existe todo un mundo de beneficios penitenciarios que deben ser recurridos para su obtención ya que, de esa forma, el tiempo de cumplimiento efectivo puede verse reducido en gran medida; (tercer grado, permisos, suspensión del resto de la condena etc).

Es evidente que tanto el homicidio como el asesinato son los delitos más gravemente penados en nuestra legislación sin embargo, por experiencia, deben ser tratados con especial atención puesto que muchas veces parece, por la simple detención policial, que esa persona es culpable, sin defensa alguna, cuando la realidad, como muchas veces nos ha ocurrido, es que haciendo una labor de investigación se ha llegado a la absolución del cliente.

En definitiva: El conocer todos los pormenores de un cliente es vital para poder ejecutar una defensa efectiva y contundente de tal manera que pueda obtenerse el mejor resultado que la Ley permita.